Uno de mayo, día internacional del trabajo

|
Mucho tiempo ha transcurrido desde aquel 1 de mayo de 1886 en que Albert Parson y sus Caballeros del Trabajo de Chicago se manifestaron exigiendo la reducción de la jornada laboral desde la 12 horas, de media, habituales hasta las 8 horas que se venía pidiendo desde la década de 1860. En esos momentos, el problema era la explotación del trabajador mediante la baja remuneración del factor trabajo.

¿Cual es el problema actual en España? Puede que siga siendo, comparativamente con los países europeos de nuestro entorno, la baja remuneración del trabajo. Esto es verdad, y en parte debido a la baja productividad, pero, no es menos cierto que, en no pocos casos, esta baja productividad también es consecuencia de empresas mal gestionadas y/o mal planificadas. Por ello, es responsabilidad de todos, tanto de empresarios como de trabajadores el mejorar esta situación. Y también del Estado, patrón de casi cinco millones de trabajadores, entre funcionarios y contratados, muchos de éstos últimos en situación de temporalidad y precariedad. Si no, que se lo digan a médicos demás personal sanitario que gracias a su buena preparación buscan y obtienen trabajo fuera de nuestras fronteras. Aún así no obviemos que el número de empleados públicos es superior en un 25% al de trabajadores de la industria. Así nos va.

Mientras el sector privado, verdadero generador de ingresos, viene reduciendo su empleo a un ritmo medio de 100.000 trabajadores por mes, el sector público aumenta sin parar su número de contrataciones. ¿Hasta donde o hasta cuándo? ¿Es sostenible este modelo?. Obviamente no.

Pero, ¿y los sindicatos mayoritarios en España? ¿Están luchando por el empleo como sería su obligación?¿Están presionando al gobierno para tomar medidas contra el desempleo? Hasta ahora no hemos visto tal actitud. ¿Están presionando al gobierno para incrementar las coberturas al desempleo? Evidentemente no. Más de un millón trescientas mil familias tienen a todos sus miembros parados y la pérdida de los hogares familiares por impagos de hipotecas o alquileres adquiere proporciones dramáticas. En en año pasado llegamos a la escandalosa cifra de 93.319 ejecuciones hipotecarias (fuente CGPJ) con una previsión de alcanzar los 180.000 a final del presente año. Esta cifra se queda corta si consideramos las pérdidas de vivienda por otros procedimientos no ejecutivos y, mucho más aún, si sumamos los lanzamientos de vivienda en régimen de alquiler. Y menos mal que la Constitución Española consagra el derecho a la vivienda digna en su artículo 47.

Este 1 de mayo, los sindicatos mayoritarios, abundantemente regados de dinero público, ¿lucharán por los trabajadores en paro?, ¿lucharán por sus viviendas familiares?, ¿lucharán por un sistema de protección similar al alemán? O quizás, ¿solo lucharán por aumentar sus prebendas, privilegios y financiación con el dinero de todos para mejorar su ya lujoso y ocioso sistema de vida?.

Demasiadas incógnitas, pero de lo que no cabe duda es que necesitamos un nuevo modelo sindical que trabaje por los trabajadores y no para el gobierno. Esto ya lo vimos en otro antiguo régimen. Más antiguo, si cabe, que este.


Jorge Mateu
Presidente de Unión Española (UNES)




0 comentarios: