VIDAS EJEMPLARES: ROSA DÍEZ
Esta señora, que alguna vez se ha autodefinido o la han defindo como animal político es en realidad un "friki político" y sería un asunto de risa en cualquier país serio, pero en nuestra España, donde todo es posible, la cosa es para llorar. Llorar de risa escuchando su discurso ¿político? y viendo los modelitos y peinados que gasta, y llorar de pena porque semejante personaje esté calentando un escaño en la Carrera de San Jerónimo y amenace con tener un par de compañeros, o incluso más, según sus amigos de la prensa ultra, en la próxima legislatura.
¿Quien es esta mujer? ¿Por que despierta odios y pasiones? Analicemos al personaje: Se trata de una señora nacida en el municipio vizcaíno de Güeñes (en donde fue concejala, para desgracia de sus convecinos) sin titulación universitaria alguna, que aprobó una oposición al cuerpo administrativo del Estado en los años setenta.
En esa época, comienzo de la actual etapa democrática, estaba todo por hacer. Los partidos no tenían demasiada gente de la que echar mano y había que montar las instituciones. Así es como está señora apareció en la candidatura socialista (su padre había sido condenado a muerte por Franco por pertenecer al PSOE, lo que hace a uno pensar que opininaría acerca de la actual deriva de su vástaga) a las Juntas Generales de Vizcaya, dado que como funcionaria que era, se supone que tendría una ligera idea de como poner en marcha esta institución, y la nombraron nada menos que vicepresidenta. Y a partir de ahí todo fue trepar y trepar.
En 1991 el PNV y el PSOE firmaron un pacto de gobierno para el País Vasco, y, ¿a que no saben a quien eligieron para ocupar el cargo de Consejera de Turismo? Si, a ella, a Rosita. La misma que hoy pregona a los cuatro vientos que los nacionalistas son poco menos que demonios que se comen a los niños con patatas no tuvo ningún reparo en formar parte de un gobierno del PNV nada menos que por un período de siete años. Siete años en los que no fue posible conseguir una sola foto de Rosa en su despacho en la que aparezca ninguna otra bandera que la ikurriña. Su hoy amada rojigualda, en aquella época parece que no estaba de moda, y , no olvidemos que a esta tipa le encanta el mundo de la moda y ponerse pelucones para ir a las fiestas Telva. Quizás a una chica tan fashion, en aquella época, su estilista de cabecera, es decir, su peor enemigo, le aconsejó no combinar el rojo con el amarillo.
El caso es que nuestra protagonista de hoy se dedicó a promocionar el turismo vasco, siempre, eso si, utilizando la palabra Euskadi, jamás País Vasco, justo lo contrario de lo que hace hoy. Rosa estuvo en Cuba besando y abrazando a su hoy odiado Fidel Castro y Rosa también ideó una campaña con el slogan "Euskadi, ven y cuéntalo", campaña que le costó al dibulante Mingote una querella criminal por dibular una viñeta en la que aparecía una mujer muerta a manos de ETA en la playa de Las Arenas con ese slogan detrás. Rosa puso el grito en el cielo y aparte de la querella se dedicó a insultar a todo aquel que insinuara que en Euskadi el problema el terrorismo era tan grave como para ahuyentar el turismo.
Si, si, es la misma Rosa Díez que ustedes conocen. La que hoy en día dice que ni bien cruzas el Ebro en dirección norte prácticamente te pondrán una bomba debajo del culo en un plazo no muy corto de tiempo decía en aquella época que de eso nada, que quien dijera eso insultaba a Euskadi.
Veamos, pues como es posible que la trayectoria de esta señora se haya desviado de tal forma:
Al mismo tiempo que nuestra Rosita aplaudía enfervorizada la política de acercamiento de presos etarras al País Vasco puesta en marcha por Aznar durante la tregua de 1998, los socialistas vascos abandonaban de un portazo el gobierno de Vitoria tras el pacto de Lizarra del PNV con Herri Batasuna. Hubo una única voz que pidió continuar gobernando con el PNV, a pesar de su pacto con los abertzales. ¿Adivinan quién? Si. Ella. El caso es que Rosa se quedó sin cargo pero su carrera política aún iba a dar para muchos más disparates.
En 1999 el PSOE se encontraba en una situación pésima, mucho peor que en la actualidad. Estaba en la oposición en prácticamente todas las instituciones y no tenía líder. Y con ese pelaje estaban a un mes de las elecciones europeas. Echaron mano de lo que pudieron y Rosa Díez se vio de repente en la cabeza de la candidatura.
A pesar de la foto del cartel electoral, que es mejor olvidar, no le fue del todo mal, aunque no ganó ni de lejos, y tras la hecatombe socialista del 2000, con los peores resultados de su historia hasta el momento y la primera (y esperemos que única) mayoría absoluta del PP en el Congreso, nuestra protagonista empezó a postularse para hacerse con el liderazgo del partido. Así, fue una de las cuatro canditatas que se presentaron al puesto de secretario general del PSOE en el 35 Congreso del partido. Los otros tres eran Matilde Fernández, Bono y Zapatero. Obviamente, ya saben ustedes quien salió triunfador. Lo que a lo mejor no saben es que Rosa Díez apenas fue votada por sesenta de los cerca de mil delegados asistentes. "Es igual" debió de pensar, total, nadie daba un duro por Zapatero por ese entonces, y volvería al ataque mas adelante. Pero no fue así. Cuatro años mas tarde Zapatero llegaba a la Moncloa y Rosa fue invitada nuevamente a ser candidata al Parlamento europeo, pero esta vez como número dos. Supongo que eso fue el colmo para nuestra villana y a partir de ahí comenzó una implacable labor de oposición desde dentro al Gobierno y al partido que lo respaldaba, que era el suyo propio, por el cual estaba sentando su culo en el hemiciclo de Estrasburgo cobrando un pastizal. La que presume de principios. Vaya tela.
Los ataques al Gobierno ZP básicamente se centraban en acusarle de estar de rodillas ante ETA, la misma ETA de la que años atrás decía que no era ningún obstáculo para el turismo, a pesar de haberle enviado a ella misma una carta-bomba, que , por fortuna, todo hay que decirlo, no explotó, y acusando también a ZP de haber roto España pactando con los nacionalistas. La misma España cuya bandera jamás ondeó en su despacho del Gobierno vasco y los mismos nacionalistas a cuyas órdenes trabajo durante casi una década.
Rosa comenzo a juntarse con lo mejorcito de cada casa y a ser jaleada por gentes tan demócratas como la Falange, la Unificación Comunista (un extraño partido que es al mismo tiempo de izquierdas y de derechas), el Foro de Ermua, el sindicato de extrema derecha Manos Limpias y la prensa y televisión mas facha del país. Ella, que acostumbraba a ir a las marchas del Orgullo Gay y decía estar a favor del aborto. Y con semejantes compañeros de viaje creó un partido al que llamó UPyD. Con él llegó a las elecciones de 2008 y, tras una campaña mediática cortesía de la cadena COPE y Telemadrid, consiguó su escaño por la capital. Solo uno. Menos mal. Imagínense un parlamento con dos o más Rositas. Para suicidarse, oiga.
Desde entonces se ha dedicado a lo siguiente: votar sistemáticamente a favor de todo lo que propone el PP en el Congreso (excepto el aborto), expulsar de su partido a todo aquél que ose levantarle la voz (al que me diga el nombre de otro dirigente de relevancia de UPyD le invito a cenar), ordenar a su representante en el parlamento europeo apoyar con la abstención las leyes discriminatorias contra gays y lesbianas que decretó el Gobierno de Letonia (luego, tras la escandalera que le montaron los grupos LGTB dijo que fue "por equivocación") y utilizar la palabra "gallego" para insultar a Zapatero y a Rajoy, y, en lugar de pedir(nos) disculpas por la metedura de pata, acusar(nos) a los gallegos de intolerantes por no permitirle expresarse libremente, tócate los pies. Y su última perla fue lamentar que "el travesti" Carmen de Mairena sacara mas votos que ella en las elecciones catalanas, algo de lo que, según dice, los catalanes se arrepentirán. ¿Se puede ser mas soberbia?
Esta es la lamentable historia de Rosa Díez. Si no les parece que ya hemos tenido suficiente y quieren que siga crispando e insultando a todo bicho viviente que no le baile el agua y exigiendo encima que le pidan disculpas por ello, vótenla el año que viene a ver si así, a pesar de la mala suerte de seguir aguantándola, conseguimos saber cual es el programa que propone la otrora socialista pro-gay reconvertida en musa de la ultraderecha. Porque esa es otra. Al que me diga si esta señora es de izquierdas, de derechas, de arriba o de abajo le invito a otra cena.
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