David Carrascosa sigue destapando la doble cara de la UPyD: “Me gusta lo que dice Rosa Díez, pero me gustaría más que se practicase también en su partido”
David Carrascosa Mendoza, coordinador local en Torremolinos y miembro del Consejo Político andaluz de Unión Progreso y Democracia (UPyD), ha remitido una nueva carta a AD en la que sale al paso de algunas de las reacciones que, desde dentro del partido, se han producido tras su anuncio de dimisión.
En el mismo tono crítico que empleó al anunciar su marcha, Carrascosa desgrana algunos de los déficits democráticos que arrastra la UPyD extramuros de la imagen que proyecta su líder Rosa Díez. Este es el texto: “A lo largo del día de hoy he podido leer multitud de comentarios sobre mi dimisión y debo decir que me sorprende sobremanera que mi dimisión despierte tanto interés, he leído comentarios a favor, comentarios en contra, poniéndome de hereje y de héroe, pero esto es mucho más sencillo que todo eso.
Los partidos son entes dinámicos y orientados a la actividad pública y al servicio al ciudadano, la demagogia es algo bastante fácil de realizar en estos casos, siempre se puede decir que los que se van lo hacen porque no pillan silla como que los que se quedan lo hacen para ver si la cogen o porque la han cogido. Mi caso es de puro convencimiento, tanto para entrar como para salir, aunque la libertad de expresión y la democracia que tanto nos gusta esgrimir en España tengan como pago por su uso que la mayoría elija cosas que a veces no nos gustan o se expresen opiniones que son las antípodas de las nuestras y eso nos moleste. De todo lo que he leído hoy debo respetar todas las opiniones, ya que el derecho a opinar lo tenemos todos. De hecho, este país permite hasta la defensa de los dañinos nacionalismos separatistas, siempre que esa defensa se haga a través de la palabra.
Me afilié a UPyD porque estaba asqueado de la forma de hacer política en España, de cosas que pasaban y siguen pasando; cosas como las que ahora vivimos. Por ejemplo, que Rubalcaba prometa no bajar ni congelar las pensiones con todo el descaro como si acabase de llegar o que el Gobierno catalán retrase los pagos a los centros que cuidan de los ancianos y otras personas con problemas, mientras gastan en embajadas catalanas por el mundo. Harto también de ver cómo el PP lleva imputados en sus listas valencianas y casi presume de ello.
Escuché hablar a Rosa y me gustó lo que decía, de hecho me sigue gustando lo que dice, lo que me gustaría es que se practicase también en su partido. Gota a gota se llena el vaso y una sola gota lo desborda, unos sólo ven esa gota pero los más avispados perciben el vaso completo. A los que mejor entiendo son a los que defienden esto con sentimiento visceral, porque su pasión evidencia buenas intenciones y motivaciones. Pero cada vez somos más los que pasamos de un “esto podemos cambiarlo” a un “al menos lo intenté”. Sin duda me voy cuando me he convencido de que no se puede, porque de lo que todos nos quejamos (unas veces unos y otras otros) no son casualidades, sino acciones buscadas desde la parte de control del partido.
Por último y para aclarar algunas cosas a los que buscan aclaraciones y no frases sueltas para acompañar a sus propias luchas debo decir que considero que el partido debió hacer lecturas cuando los afiliados, al elegir a sus representantes al I congreso, dejaron al entonces coordinador provincial Gonzalo Sichar como uno de los menos votados, entrando por los pelos como delegado. Pero no es así, sino que lo colocan y recolocan desde la dirección en cargos de libre designación, y después cada vez que los afiliados lo rechazan en cargos con votación lo recolocan de nuevo a dedo.
En las últimas primarias, el señor Sichar se presentaba al congreso de los diputados por Málaga, obtuvo sólo el 31,2% frente a Francisco Pineda, que le vence con el 64%. Este tipo de derrotas repetidas durante dos años da que pensar. Los afiliados no lo votan pero el partido le nombre jefe de esto o responsable de aquello. No debe nadie extrañarse si cuando publiquen las listas electorales definitivas, Gonzalo Sichar vuelve a formar parte de las mismas, a pesar del rechazo de la militancia. Hasta es posible que lo pongan de candidato al Senado. Podía contar casos de estos dos años que darían juego hasta para un programa en ‘La noria’, pero no se trata de eso, ya que los que nos vamos ya lo sabemos y los que se quedan tendrán que decidir entre irse o acoplarse a imperativo orgánico y dejar sus ideales en los cajones de la entrada para que no piten al cruzar el pórtico detector de ideales. Los demás, si lo quieren descubrir, tendrán que afiliarse.
Para evitar suspicacias diré que una de las bondades del partido es que todo afiliado es elegible y elector. Por lo tanto, si tuviese las ansias de cargos que algunos dicen, me habría presentado en las últimas primarias a cualquiera de los cargos y no lo hice.
Precisamente porque ya estaba más decidido a irme que a quedarme, de hecho se me ha pedido que espere a que pasen las elecciones del 20N y tras pensarlo no he visto conveniente hacerlo, por cuanto yo no vine a este partido movido por sus resultados electorales. En cualquier caso, este es un partido en el que los cargos sólo implican trabajo altruista, y que precisamente ha crecido gracias al trabajo gratuito que gustosamente se realiza cuando estás convencido. Ese mismo motivo te impide hacerlo si crees que no se practica lo predicado.
En campaña dije que lo importante es lo que un Gobierno hace para sus ciudadanos, y no el partido que lo hace. Por consiguiente debo ser coherente con mis palabras y por eso, porque no estoy de acuerdo en lo que hace la UPyD, me voy. Los que usan un rasero para otros partidos diferente que el que emplean en el suyo, me reafirman en el convencimiento de que este partido es como todos, pero más pequeño”.
Fuente: Alerta Digital
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